sábado, 2 de febrero de 2013

El sueño de volar III

Pocas cosas hacen volar la imaginación mejor que ver una buena película. Así que con este sintético comentario de cómo se concreta la postura de volar en varias películas tendrá su fin este breve tríptico sobre la imaginada postura humana de vuelo.

La primera de ellas, producida por Walt Disney y estrenada el año 1964, cuenta la historia de Mary Poppins, una niñera del Londres de comienzos del siglo XX que disfruta de varios poderes mágicos como el de volar. ¿Cómo lo hace? Siempre con la ayuda de un paraguas, que recuerda tal vez al paracaídas de uso masivo en la segunda guerra mundial, y también con sus amplias faldas flotando, al igual que en la entrada anterior ocurría con una de las mujeres voladoras de Goya. También en la escena final de la película, la institutriz se eleva estirando un brazo con el que acaba de abrir un paraguas, lo que parece reforzar una ausencia mágica o sobrenatural de la fuerza de la gravedad.



Algo anterior es otra producción de Walt Disney, esta vez en dibujos animados y donde una de las características principales del personaje protagonista es su capacidad de volar. Así, en el Peter Pan de 1953 resulta muy llamativo el primer intento del niño queriendo volar con la postura de nadar a braza. Pero la postura final que todos imitan es la del propio Peter Pan con los brazos desplegados a ambos lados del torso y que recuerda la de los aviones.
 
 

En una tercera producción de Disney, basada en Las Mil y Una Noches y recreada en este caso el año 1992, Aladín y su amada se desplazan por los aires a lomos de una alfombra voladora.¿Tal vez la diferencia entre las posturas de ambos puedan relacionarse con el refuerzo de indentidades de género bien conocidas? Podría ser pues mientras él se sienta con las piernas cruzadas, ella en cambio lo hace con las piernas dobladas y paralelas lo que provoca una nítida línea oblicua en su espalda.




Mención aparte merece la variedad de posturas que presenta el vuelo de Superman en las entregas de su saga. Nos conformaremos con resaltar que una de las más frecuentes es la que practica boca abajo, con las piernas estiradas, un brazo encogido (el izquierdo) y el otro estirado, con ambas manos cerradas en puño. En todo caso, si Peter Pan parecía un avión este Superman parece más un misil con autopropulsión dispuesto a llegar en el menor tiempo posible allí donde la injusticia más peregrina pareciera llamarle.



 
Y para finalizar, una última referencia a una película estrenada en febrero de 2012, Chronicle, en la que varios adolescentes adquieren poderes extraordinarios y, entre ellos, el de poder volar. En este caso lo hacen en su mayor parte flotando, a la manera de los astronautas, aunque cuando van adquiriendo pericia alternan esta posición con la del vuelo hacia delante que recuerda el desplazamiento propio de los aviones. Por cierto, que la productora lanzó en Nueva York una curiosa campaña de promoción a base de muñecos autopropulsados que parecían personas volando sobre el cielo de la capital norteamericana.